¡Así no se puede perder!
Recuerdo
aquel 2012… 2 estadios emblemáticos, con 2 favoritos absolutos; aún así, David
derrotó a Goliat. En el Camp Nou, con un hombre menos y estando 2 goles por
debajo… en el Allianz Arena, con un gol en el último suspiro y un penal atajado
en el tiempo suplementario. Si había un equipo que creía en los milagros, era
ese. Salió airoso ante penumbras y tinieblas.
Hoy
regresé en el tiempo para sentarme a ver un equipo con ese mismo espíritu, pero
me encontré con que, el timonel, uno de los héroes de aquella gesta, había
arribado al estadio dándose como perdedor. Tenía bajas, sí, pero el partido
seguía siendo 11 contra 11. Si hay una regla en el fútbol, es que hay que jugar
a muerte, aún cuando ya estés desahuciado; de aquellas situaciones, han salido
las gestas más bonitas y recordadas.
Me
voy triste, con la cabeza agachada. Aunque era prácticamente una utopía, se
podía haber hecho mucho más, con una mentalidad diferente. Ninguno de los que jugaron
el partido tiene la culpa, supongo que el plan fue tipo “vamos a ir,
intentarlo, y si no se da, pues ni modo”. Un mensaje escueto, sin corazón, sin
alma y sin vida… así, tal cual, como estuvo el equipo en el terreno.
Para
la próxima temporada volveré a sentarme en la misma silla, con la misma esperanza
de volver a salir campeón. En este momento es cuando realmente me gusta que
sepan que soy de Chelsea. Cuando gana, sobran los fanáticos.
David Ricardo Guerrero
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