En Lisboa nace una estrella

 

Fue amo y señor del terreno de juego, salió a dominar como si se tratara del jardín de su casa, manejaba el balón de una manera majestuosa y siempre tomaba la decisión correcta en el momento oportuno. No conforme con eso, tenía tiempo para dirigir desde atrás. El equipo rendía conforme él lo quería. Y eso que apenas tiene 21 años.


Hoy sería injusto y un poco egoísta hablar de la eliminación del Atlético de Madrid. Remarcar su juego, prácticamente nulo, sería divagar de más. Hoy lo más sensato es destacar al equipo que triunfó. Un equipo revelación que, a pesar de sufrir la partida de su máxima estrella, mostró pantalones ante un rival de pergaminos. Mérito total del Leipzig alemán.

Pero más allá de detallar el trabajo de obreros que realizó durante el partido el equipo ganador, quisiera destacar a su director de orquesta; Dayot Upamecano. Aquel chico moreno de 1.86 de estatura que fue capaz de detener, con facilidad y sagacidad envidiable, a una fiera como Diego Costa. Tiene juventud y a la vez experiencia, técnica, juego aéreo, liderazgo y la capacidad de ser omnipresente.  Una verdadera joya en ascenso.

Así que, si son capaces de pagar cualquier cantidad estratosférica de dinero por una estrella con el nombre indicado, alisten un cheque en blanco para llevarse a este chico, porque dará de que hablar por los próximos 10 o 15 años.

David Ricardo Guerrero

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